Para “hacer Agilidad” se necesita estudio, disciplina, entrenamiento y mucha, pero mucha práctica.
La experimentación y los fracasos nos harán aprender e ir mejorando, poco a poco.
Paralelamente iremos haciendo crecer nuestra destreza con tres ingredientes fundamentales:
. Paciencia de Buddha
. Actitud de Samurai
. Humildad de Sherpa
Esto redundará en una progresiva toma de conciencia y cada aprendizaje irá cobrando más sentido para nosotros así como para quienes nos rodean.
La Agilidad no es una metodología, sino una mentalidad.
Más allá de las técnicas, las metodologías y los marcos de trabajo específicos, existe una especie de “modo Agile” de ver el mundo.
Sin embargo, esa nueva manera de ver y de hacer las cosas implica desafiar hábitos y paradigmas heredados que nos atraviesan por completo, pero que nos cuesta distinguir si no entrenamos la mirada.
Por eso es conveniente empezar a meterse en este mundo desde el aprendizaje empírico, con una mentalidad de crecimiento, para aprender de nuevo a ver y hacer las cosas, de una manera distinta.
¿Cómo puede aportar la Agilidad a la Comunicación Interna?
Obligando a los comunicadores a mantener siempre el foco en el cliente interno, apuntando todas nuestras acciones a la suma de valor iterativa e incremental.
Es decir, iterando (repitiendo) ciclos cortos, fallando pronto, aprendiendo junto al cliente y mejorando la propuesta así como la coordinación y la colaboración dentro del equipo en cada ciclo.
Fomentando orgánicamente las redes de colaboración dentro de la organización.
Haciendo a los líderes más permeables a la Innovación, la Transformación Digital y Cultural y a la Gestión “Liviana” del Cambio (Lean Change Management).
Motivándonos a incorporar nuevos métodos, estudiando, practicando y, sobre todo, entrenando duro.
Manteniendo nuestras prácticas al día (¡o incluso unos pasos adelante!) más que adaptándonos reactivamente a los cambios de nuestras organizaciones. Esto nos permitirá ser parte activa de la evolución constante del mundo en permanente versión beta.
¿Y cómo cambia el rol del Comunicador bajo este nuevo paradigma?
Gracias al mindset ágil, cada vez nos convertiremos más en facilitadores de la comunicación orgánica que se da en los equipos y menos en “expertos” que se quedan con el saber comunicar.
Es el momento de cambiar definitivamente nuestro paradigma obsoleto de periodistas expertos, por el que creemos que sabemos mucho de comunicación desde lo teórico, alejándonos de las personas y los equipos que “no saben nada de comunicación”,
Contrariamente, la invitación es a tomar un lugar de Coach o Sherpa, que guía y facilita genuinamente la comunicación de los equipos, acompañándolos a que descubran su propósito y co-construyan su propia comunicación, alineada con ese propósito.
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